Mamá en Caos

Un día me encontré con esta foto, se titula: Madre Migrante. En cuanto la vi, capturó mi atención. Me conmovió la dureza de su rostro, los dos pequeños refugiados en sus hombros y el pequeño bebé en su regazo. En su mirada me transmitió amargura, frustración, hartazgo, casi creí escuchar sus pensamientos: si pudiese salir corriendo de aquí y encontrar un lugar que me ofrezca un poco de alivio y paz, lo haría ahora mismo.

Por muchas razones, esta foto es un ícono del período de la Gran Depresión; su autora, la fotógrafa Dorothea Lange fue ampliamente reconocida por retratar con tal realismo la pobreza y el sufrimiento de esa época. En esta foto podemos apreciar la fuerza de la maternidad; pero también el costo de la maternidad. En períodos en que la vida se complica, cuando el futuro es incierto y por dentro se está hecho pedazos, seguir siendo la mamá puede tornarse una tarea muy sacrificada.

Madre Migrante

Me gusta mucho esta foto, de hecho la mandé a ampliar para tenerla en casa, creo que las madres del mundo necesitamos más fotos como ésta, y menos de aquellas madres glamurosas, felices, perfectas con sus niños lindamente vestidos y tiernamente posando para la lente. Sin duda la maternidad es dura, sí es bella, es extraordinaria pero es dura, aún y cuando nuestras condiciones no se comparen a las de esta mujer, que por cierto tiene nombre: Florence Thompson.

Quienes llevamos algún tiempo transitando el camino de la maternidad, sabemos que es extremadamente desafiante y quizá por eso a veces nuestros comentarios crudos al respecto, caen como balde de agua fría a aquellas que con tanta ilusión están por iniciar su camino.

Recuerdo a una buena amiga mía, había luchado mucho por ser mamá, finalmente Dios le dio una doble bendición: ¡¡gemelos!!, mientras todos festejábamos la noticia, yo a mis adentros la compadecía ¡ja, ja! Al haber criado 3 bebés de uno en uno, algo me hacía suponer que criar dos al mismo tiempo sería una ardua tarea…pero bueno, mi amiga estaba muy muy feliz, se preparó para el momento, los bebés nacieron hermosamente saludables, al cabo de unas semanas decidí mensajearla para ver cómo se estaba sintiendo, sus palabras fueron: esto es un caos…sólo pude contestarle acostúmbrate, ahora el caos será parte de tu vida.

Sí, las mamás tenemos que aprender a lidiar con el caos, pues en la maternidad enfrentamos temporadas caóticas. Podría yo decir que hay dos tipos de caos que podemos enfrentar: el caos externo y el caos interno.

El caos externo es el que se produce fuera de nosotras, producto de situaciones o circunstancias ajenas que amenazan a nuestra familia o a nosotras mismas. Hablo por ejemplo, de una crisis económica fuerte, de una situación mundial como la que estamos viviendo ahora por el coronavirus, una tragedia familiar, una pérdida importante, una situación de inseguridad o violencia, infidelidad matrimonial, abandono del cónyuge o una enfermedad grave en algún miembro de la familia.

Sin duda, estas situaciones pueden traer un ambiente caótico en nuestro hogar y transformar la maternidad en una carga pesada a veces imposible de sostener. Algo así es la historia de la madre migrante, viuda con 7 hijos de tan sólo 32 años de edad, tratando de alimentar a su familia recolectando garbanzo durante la peor crisis económica de su país.

Ser madre en el caos, no es nada sencillo, ser mamá cuando el mundo está de cabeza es más desafiante que nunca. Sin embargo, los hijos seguirán buscando nutrirse de su madre, refugiarse en ella, los niños pocos saben de crisis económica, pero sí saben que mamá tiene comida, los hijos poco saben de lo que siente una madre al ser abandonada por su esposo o de su duelo por un ser querido, los hijos lo que saben es que mamá tiene que tallarles los raspones cuando se caigan para recibir alivio, los hijos pocos saben del terror de su madre porque se contagien de un virus, ellos sólo saben que los brazos de mamá deben estar listos para abrazarlos y que mamá siempre los va a escuchar, aún y cuando su propia cabeza esté atiborrada de estrategias para resolver la problemática que amenaza a la familia.

Por otro lado tenemos el caos interno, es aquel que sucede por dentro, muchas veces en silencio. Ese sí que es una amenaza, mientras el caos esté fuera, habrá una fiera dispuesta a luchar contra todo por mantener la estabilidad en casa, pero cuando el caos ataca desde el interior, la familia queda sin un poderoso agente de protección: mamá.

El caos interno puede llegar como depresión, tristeza profunda, prolongada apatía, ira encendida, violencia. Contradictoriamente, las mujeres podemos ser al mismo tiempo valientes y temerosas, fuertes y frágiles, astutas e ingenuas, tiernas y crueles. Cuesta mucho hablar y reconocer el caos interno, porque no se supone que una madre se sienta mal o insatisfecha por serlo, admitirlo supone culpa y vergüenza…pero esto, no se puede llevar en solitario.

Los niños, los hijos son capaces de adaptarse a cualquier cambio que venga de fuera, pero cuando el caos toca a mamá, robándoles sus besos, brazos, caricias, atenciones, palabras, aún sus regaños y llamadas de atención, eso sí es totalmente devastador. Las madres necesitamos ser honestas, reconocernos y pedir ayuda, porque ciertamente a veces, el caos está aquí dentro.

Quizá, vino el caos por una descompensación hormonal, por un corazón roto a causa del divorcio, por un fracaso personal, por desgaste físico, por cansancio mental, por una ausencia de realización personal, por una herida sin sanar…cualquiera que sea la causa, necesitamos reconocer el caos y lanzar el saludable grito de auxilio que nos salvará a nosotras mismas, a quienes amamos y a lo que con esfuerzo hemos construido.

Le preguntaron a Florence Thompson en una entrevista muchos años después del famoso retrato, ya siendo ella una mujer mayor: ¿Alguna vez perdió la esperanza? -Ella contestó, ¡No! si yo hubiese perdido la esperanza, este país nunca lo hubiese logrado…Su hija, dijo acerca de ella: «Nunca tuvimos mucho, pero ella siempre se aseguró que tuviésemos algo, ella no comió algunas veces, pero se aseguró que nosotros sí».

Mamá, nunca pierdas la esperanza, nunca perdamos la esperanza. Caos externo, caos interno, no pierdas la esperanza. Crisis mundial, no pierdas la esperanza, emociones que te cuesta controlar, no pierdas la esperanza, bebés que no sabes cómo atender, no pierdas la esperanza, pensamientos que te debilitan, no pierdas la esperanza, enfermedades, no pierdas la esperanza, ganas de huir de todo, no pierdas la esperanza, hijos en rebeldía, no pierdas la esperanza, insatisfacción personal, no pierdas la esperanza.

Toma hoy fuerzas, para enfrentar lo que quiera amenazar a tu familia, no temas al sufrimiento, obtén combustible del amor que tienes por los tuyos y lucha contra todo, para que ellos estén bien. Toma hoy un respiro, si la amenaza eres tú misma: habla con alguien, verbalízalo, platícalo, llora, examínate. Pide ayuda al Dios del cielo, pide te ponga una persona confiable que te pueda escuchar y orientar, sí a veces mamá también necesita el abrazo, la atención, ser escuchada para poder seguir siendo refugio de otros. Sí, ser mamá requerirá acostumbrarse al caos exterior, pero jamás te acostumbres a que el caos se instale en ti.

En 1983, Florence Thompson murió, en su tumba se puede leer: Florence Leona Thompson, Madre Migrante-Una Leyenda de la fuerza de la Maternidad Americana… sí, su segundo nombre no parece coincidencia…Mamá, del caos puede provenir una gran fuerza, sólo si estamos dispuestas a hacerle frente y rugirle en su cara: Caos, te has topado con una leyenda, haz tu trabajo, que yo con la esperanza que viene de Dios haré el mío, porque estos hijos que me fueron prestados no carecerán de los brazos fuertes de mamá para sostenerles, guiarles, nutrirles y protegerles.

4 comentarios sobre “Mamá en Caos

  1. Tenía miedo de leerlo, por la nostalgia y tristeza que me produciría; pero me animé y que gusto me da el haberlo hecho, obtuve como caído del cielo para este momento, una valentía y una fuerza para seguir fiel a la esperanza que viene de Dios, » y estos hijos que me han Sido prestados, no carecerán de los brazos fuertes de su madre» 💙🙏 Gracias doy a Dios por la sabiduría que te da Jenny, y por la forma en que te usa.

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  2. Jenny, nuevamente gracias por escribir de una manera tan descriptiva la otra cara de la maternidad. Sigue escribiendo y enriqueciendo nuestro corazón e intelecto porque tu escribes directo al corazón, pero con una fuerza de razonamiento que Dios te ha regalado…

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